PLAZA MAYOR TEMBLEQUE (TOLEDO)

 

La entrada sur de la plaza se realiza a través de una estructura que soporta dos pisos de galerías abiertas a la plaza y a la calle de acceso

 

Parece que el origen de esta Plaza Mayor está fechado en el siglo XV, ya que se tienen noticias de un pleito por el derribo de la capellanía de ánimas para conseguir un solar destinado a convertirse en plaza.
 

La actual plaza, única en el mundo por su originalidad, fue inaugurada en 1653. Se trata de un espacio de forma cuadrada, en cuyas fachadas domina la línea recta, la disposición horizontal, los volúmenes cuadrados y el sistema adintelado.
El lado oeste de la plaza es sensiblemente diferente a los otros tres restantes (posiblemente se deba por ser de construcción posterior).

Las columnas toscanas de piedra forman soportales y sustentan los dos pisos superiores de los edificios

 

Aporta solidez al conjunto al no tener vía alguna de acceso. Se trata de un edificio de dos pisos, con fachada enjabelgada y rejas en los balcones inferiores.

A cada uno de sus extremos y de forma perpendicular al citado lienzo, se sitúan dos de los accesos a la plaza, sobre los que se elevan edificios a modo de cobertizos o galerías abiertas.

bajo los soportales, los comercios se abren a la plaza
 

Los tres frentes restantes de la plaza, están estructurados en tres pisos superpuestos; los inferiores, con una altura que casi duplica a los restantes, son soportales sustentados por columnas de piedra granítica, de fuste y amplias basas y capiteles.
 

Los pisos superiores son ambos idénticos, con balcones corridos, a base de pies derechos sobre los que se asientan zapatas, todo ello en madera.

Cada intercolumnio inferior, conforma en los pisos superiores, tres pies derechos y sus correspondientes vanos, cuyos antepechos están formados por placas de piedra rectangulares, decorados con esquemáticos tallos vegetales y en su centro una cruz de Malta roja, inscrita en un círculo amarillento, que nos recuerda la antigua pertenencia de la villa a la orden de San Juan de Jerusalén.
 

En los lienzos norte y sur y enfrentados en sus extremos oeste, se levantan dos estructuras sobre los accesos a la plaza.

La del norte, comunica a la Plaza Mayor con la contigua Plaza de la Orden, abriendo sus dos pisos superiores a ambas plazas.
 

Se remata con un cuarto cuerpo que destaca en altura del resto, con forma de templete rectangular.
 

 

 

 

los antepechos de las galerías de los pisos superiores están decoradas con la cruz de malta

Este se abre en tres vanos y pies derechos de madera a cada plaza, y está cubierto como las otras edificaciones de la plaza por tejas curvas, pero a cuatro aguas en lugar de a dos.
 

El acceso del lado sur, que carece del remate del templete, está remarcado por las columnas del piso inferior, que son del mismo estilo a las generales de los soportales pero un poco más altas.
 

En el centro del lado sur de la plaza, se encuentra el Ayuntamiento, edificio de dos pisos, con paramentos enjabelgados salvo los zócalos, impostas y enmarques de vanos que son de piedra.
 

El acceso del frente este de la plaza, se diferencia de los restantes, además de su cubierta que a la misma altura que el plan general se dispone a cuatro aguas, por los antepechos de los vanos de los dos pisos superiores que presentan simples balaustradas de madera, y por los soportales del piso inferior que se convierten en pilares de corte cuadrangular en lugar de las consabidas columnas, enmarcando el acceso al recinto.

 


detalle de los grabados de venta en los comercios de la plaza

 

El acceso a estas galerías abiertas sobre la calle, se realiza a través de tres escaleras; dos de ellas de forma sencilla en las esquinas de la plaza, y la tercera en el interior de a edificación.
 

Esta Plaza Mayor cerrada, que se transparenta y singulariza en los cuerpos levantados sobre sus accesos, fue escenario de todo tipo de actividades; mercado, lugar de celebraciones religiosas (sobre todo en Semana Santa), representaciones teatrales y espectáculos taurinos (fue inaugurada con una corrida de toros por el rey Felipe IV).
 

Restaurada por vez primera en 1973 a raíz de ser declarada Monumento Histórico, ha sido de nuevo restaurada en 1982 por M. Barbero, siguiendo un diseño arquitectónico próximo a los corrales de comedias en semejanza a Almagro.

 

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