Las dos torres renacentistas, del “Tardón y de la Trinidad” se alzan en el mismo
ángulo de la plaza
La ciudad de Alcaraz está
situada en la sierra de su nombre, sobre un cerro rocoso, en el camino de
Levante a Andalucía. Su nombre proviene del musulmán Al-karrash y alcanzó su
máximo esplendor en los siglos XII y XIII, en los que fue un poderoso concejo de
frontera tras su reconquista por Alfonso VIII. En los siglos XIV, XV y XVI,
Alcaraz decae y se reduce su término municipal.
El caserío dela población se asienta principalmente en la ladera sur del cerro,
dominado por las ruinas de un castillo árabe; bajando desde éste, se llega por
el arco de la Zapatería a ña bella e impresionante Plaza Mayor, una de las más
monumentales de toda la provincia.
Fue trazada a principios
del siglo XVI con un perímetro casi rectangular, con la
particularidad
de abrirse hacia saliente sobre la plazuela de la iglesia de la Trinidad y las
cuestas vecinas. Su origen como el de tantas otras plazas, está logado a la
necesidad de la población de lugar de mercado y escenario de celebraciones
populares. Sin embargo, su aspecto actual lo debe a las edificaciones levantadas
a finales del siglo XVI.
La planta baja de los edificios está formada por altísimos soportales de piedra
sillar.
El lateral sur de la plaza
está cerrado por la Lonja del Corregidor o de Santo Domingo, en un principio
adosada al desaparecido convento de ese nombre. Construida en 1518 por Juan de
Chiberría y Juan de Baeza, fue reconstruida en 1718, tomando como modelo los
restantes edificios civiles de la plaza para su arquería inferior. La fachada
presenta una doble galería de arcos y soportales. La superior es adintelada y
conserva los primitivos antepechos calados. Ocupa su parte central un gran
escudo con las armas reales.
Junto a esta Lonja,
ocupando el ángulo sureste de la Plaza Mayor se halla la bella Torre del Tardón,
separada apenas por un callejón de la otra torre renacentista: la de la
Trinidad, de carácter eclesiástico, perteneciente a la iglesia del mismo nombre,
que ostenta una portada formada por sencillas y arquivoltas y un parteluz que la
divide en dos arcos conopiales, de estilo gótico-flamígero.
La torre del Tardón es de estilo plateresco; en su cuerpo inferior encontramos un pináculo gótico, único resto del desaparecido convento de Santo Domingo.
Es una torre de forma
prismática irregular, única obra documentada de la intervención del arquitecto
Andrés de Vandelvira en la provincia.
Una estatua de la Trinidad se alza sobre el parteluz que divide la portada de la
iglesia del mismo nombre
Construida por Bartolomé
Flores, se concluyó en su parte esencial en 1568, siendo añadidos años más
tarde, el cornisamiento e infanzones, obras del cordobés Bartolomé de Pedrosa.
Destaca la caprichosa división en cuerpos de diferente altura, decorados los más
estrechos en estilo manierista con bustos salientes de óculos ciegos. Es de
señalar en su decoración escultórica, el escudo de la ciudad sostenido por
guerreros en elegante actitud y postura.
La torre alberga el reloj municipal, y al parecer su nombre – el Tardón – se
debe a que su campana (todavía conservada), tocaba con ocasión de diferentes
acontecimientos “de tarde en tarde”.
Por el lado oeste, otra lonja cierra la plaza, se trata de la Regatería,
levantada en 1592. Al igual que el Ayuntamiento y la Lonja del Corregidor, tiene
una doble galería de sobrios arcos clásicos, siendo la inferior soportalada.
En el lado norte de la Plaza Mayor, a la que
se abre su lonja de bello y exuberante estilo plateresco denominada de la Ahorí
o Aduana, se encuentra el Ayuntamiento. El exterior es de finales del siglo XVI,
y de estilo clásico sobrio en concordancia con los edificios de la Lonja de la
Regatería y la parte baja de la de Santo Domingo. Su fachada es de piedra, con
dos cuerpos horizontales y cinco calles, todo ello arquitrabado con arcos de
medio punto apoyados sobre pilares con pilastras adosadas de orden toscano en el
cuerpo inferior y jónicas en el superior.
Los arcos superiores forman balcones; sobre el de en medio resaltando la calle
central sobresalen unas labras heráldicas, que representan el escudo imperial de
Carlos V, con el águila bicéfala y el toisón flanqueado por las columnas de
Hércules; debajo de ellas se hallan los escudos de la ciudad, bajo cabecitas de
ángeles con alas y entre tarjas de cueros retorcidos. El escudo izquierdo
presenta un castillo flanqueado por dos llaves, y el de la derecha, dos llaves
cruzadas y una leyenda. Todo el conjunto de relieves, finalmente labrados,
contrasta de forma armónica con la sobria desnudez de la fachada.
El interior del edificio, bastante modificado, conserva de épocas antiguas
solamente un patio arquitrabado con columnas, zapatas y escalera con balaustrada
de madera tallada; y un arco sobre cuya clave se aprecia el escudo de la ciudad,
de carácter gótico.
La portada lateral del
Ayuntamiento, que da a la calle mayor, es de estilo plateresco. Su decoración es
rica y abundante: un arco de medio punto, con guirnalda en su arquivolta y dos
pequeños nichos con venera a los lados; flanqueado por columnas sobre pilastras
rematadas por un entablamento en cuyo centro dos nuños sostienen el escudo de la
ciudad. Sobre dicho entablamento y en su centro, destaca el escudo imperial de
Carlos V. en las enjutas del arco aparecen, los bustos de Paris y Elena entre
guirnaldas y cintas.
Entre el Ayuntamiento y la Regatería, se encuentran el arco de la Zapatería y la
Casa de la Carnicería, construidas ambas a finales del siglo XVI, aunque esta
última fue transformada en vivienda después de 1894 y perdió su antigua fachada
conservando sólo de su estructura primitiva el interior.
La portada de la capilla de San Sebastián, atribuida a Vandelvira, cierra la
plaza parcialmente por el lado oriental.
Actualmente todo el ámbito de la Plaza Mayor, declarada monumento nacional, se
encuentra en fase de rehabilitación, habiéndose restaurado ya varias fachadas.
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